El Cruce de los Andes es considerado como uno de los grandes hitos de la historia argentina, así como también una de las mayores hazañas de la historia militar universal
Este hecho histórico hace referencia al conjunto de maniobras realizadas por el Ejército de los Andes de las Provincias Unidas del Río de la Plata (Argentina) entre el 19 de enero y el 8 de febrero de 1817, para atravesar la cordillera de los Andes desde la región argentina de Cuyo hasta Chile, y enfrentar a las tropas realistas leales a la Corona española que allí se encontraban. Formó parte del plan que el general José de San Martín desarrolló para llevar a cabo la Expedición Libertadora de Chile y del Perú.
Debido a la imposibilidad de las tropas de las Provincias Unidas del Río de la Plata, agrupadas en el Ejército del Norte, de abrirse paso hasta el Perú atravesando el territorio del Alto Perú, (hoy Bolivia), fue que el general José de San Martín concibió la necesidad de conformar un segundo ejército patriota, que atravesando los Andes hacia el oeste lograra afianzar el dominio sobre Chile, y desde allí lanzar por mar un ataque decisivo al Perú.
Los preparativos:
Una vez obtenido el apoyo político a su proyecto, San Martín se dispone a realizar los preparativos de la empresa. La maestranza estaba a cargo de fray Luis Beltrán, natural de Mendoza, quien dejó los hábitos y, comandando trescientos trabajadores, fundió cañones, balas, granadas y preparó todos los implementos necesarios para la difícil marcha. La armería estaba a cargo del mayor De la Plaza y la fábrica de pólvora la dirigía el mayor ingeniero José Antonio Álvarez Condarco. Para los uniformes, Beltrán construyó una tejeduría y una tintorería para proveer los paños que las damas de Mendoza luego cosían.
Este hecho histórico hace referencia al conjunto de maniobras realizadas por el Ejército de los Andes de las Provincias Unidas del Río de la Plata (Argentina) entre el 19 de enero y el 8 de febrero de 1817, para atravesar la cordillera de los Andes desde la región argentina de Cuyo hasta Chile, y enfrentar a las tropas realistas leales a la Corona española que allí se encontraban. Formó parte del plan que el general José de San Martín desarrolló para llevar a cabo la Expedición Libertadora de Chile y del Perú.
Debido a la imposibilidad de las tropas de las Provincias Unidas del Río de la Plata, agrupadas en el Ejército del Norte, de abrirse paso hasta el Perú atravesando el territorio del Alto Perú, (hoy Bolivia), fue que el general José de San Martín concibió la necesidad de conformar un segundo ejército patriota, que atravesando los Andes hacia el oeste lograra afianzar el dominio sobre Chile, y desde allí lanzar por mar un ataque decisivo al Perú.
Los preparativos:
Una vez obtenido el apoyo político a su proyecto, San Martín se dispone a realizar los preparativos de la empresa. La maestranza estaba a cargo de fray Luis Beltrán, natural de Mendoza, quien dejó los hábitos y, comandando trescientos trabajadores, fundió cañones, balas, granadas y preparó todos los implementos necesarios para la difícil marcha. La armería estaba a cargo del mayor De la Plaza y la fábrica de pólvora la dirigía el mayor ingeniero José Antonio Álvarez Condarco. Para los uniformes, Beltrán construyó una tejeduría y una tintorería para proveer los paños que las damas de Mendoza luego cosían.
El Director Supremo, ya instalado en Buenos Aires, el día 1° de agosto promueve al entonces coronel mayor San Martín al grado de general en jefe del Ejército de los Andes, acuñando el nombre con que se conocería al ejército libertador de la mitad de América del Sur. Luego aumentó la asignación para dicho ejército a 8.000.- pesos mensuales.
En septiembre de ese año, traslada su ejército, que se componía de 4.000 hombres, al campamento del Plumerillo, al norte de la ciudad de Mendoza, donde los soldados y los jefes se entrenan para el combate. Desde allí se completaron los últimos pertrechos necesarios.
El día 5 de enero de 1817, el ejército se dirige hasta Mendoza donde, en presencia de las autoridades y del pueblo, juran la bandera celeste y blanca del ejército y como patrona, a la virgen del Carmen.
San Martín ocultaba el punto por donde cruzarían la cordillera y hacía llegar a Marcó del Pont rumores de distintos posibles pasos, insinuaba que cruzaría por el sur y luego hacía correr rumores de que atacaría por el norte con el objetivo de dividir sus fuerzas y lograr una sorpresa.
Todo estaba listo en el Plumerillo para cruzar el ejército de 4000 hombres, con sus caballos, cañones municiones y víveres para un mes. Dos divisiones, al mando del general Miguel Estanislao Soler y O´Higgins cruzarían por el Paso de los Patos. Otra, al mando de Las Heras, debía marchar por el camino de Uspallata con la artillería. Una división ligera al mando de Juan Manuel Cabot cruzaría desde San Juan por el Portezuelo de la Ramada y se apderaría de Coquimbo. Otro destacamento ligero debía cruzar desde La Rioja y ocupar Copiapó cruzando la cordillera por el paso de Vinchina. Por el sur, el capitán Freyre penetraría por el Planchón para apoyar a las guerrillas chilenas.
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